
Mala Praxis y Negligencia Médica
Diferencia entre mala praxis y negligencia médica, sus implicaciones legales y la importancia del seguro de responsabilidad civil para sanitarios.
La Atención Primaria es la primera línea del sistema sanitario, la puerta de entrada de la mayoría de pacientes y el nivel más cercano a la comunidad. Su importancia es indiscutible: coordina la prevención, el diagnóstico inicial, el seguimiento y la derivación a otros niveles asistenciales.
Pero precisamente por estar tan expuesta, la Atención Primaria concentra buena parte de las reclamaciones médicas, muchas de ellas relacionadas con retrasos diagnósticos, comunicación insuficiente o problemas organizativos.
No todos los profesionales de este nivel asistencial realizan las mismas funciones ni afrontan los mismos riesgos. Según la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, la Atención Primaria reúne varios perfiles clave:
Identificar por qué reclaman los pacientes ayuda a anticipar problemas, proteger la práctica diaria y fortalecer la relación de confianza médico-paciente.
El motivo más frecuente. Los síntomas en Atención Primaria suelen ser muy generales y pueden pasar inadvertidos en fases iniciales. El riesgo legal aparece cuando no se hace un seguimiento adecuado o no se deja constancia de las recomendaciones dadas.
Ejemplo: un paciente consulta por dolor en el pecho. Si no se solicita un electrocardiograma o no se deriva a Urgencias a tiempo, y finalmente sufre un infarto, la familia puede alegar que hubo falta de diligencia.
Claves para prevenirlo:
La comunicación deficiente es uno de los motivos más habituales de insatisfacción. Un paciente que no entiende bien su diagnóstico o no recibe explicaciones claras se siente desprotegido y recurre más fácilmente a la reclamación. La Ley 41/2002 obliga a informar de forma clara y a registrar el consentimiento informado.
Ejemplo: uso excesivo de tecnicismos o no explicar efectos secundarios de un tratamiento.
Cómo reducir este riesgo:
La sobrecarga de pacientes y la falta de recursos hacen que a veces se retrasen derivaciones o pruebas diagnósticas necesarias. Si esto repercute en la evolución de la enfermedad, puede convertirse en una reclamación.
Ejemplo: demorar una ecografía urgente para descartar una patología grave.
Cómo prevenirlo:
En pacientes polimedicados, un error en la receta o la falta de revisión de interacciones puede causar efectos adversos serios.
Ejemplo: añadir un nuevo medicamento sin revisar posibles interacciones con otros fármacos.
Qué hacer para evitarlo:
Aspectos como la falta de confidencialidad, comentarios inadecuados o una actitud fría también generan reclamaciones. El paciente valora sentirse escuchado, respetado y bien tratado.
Ejemplo: hablar de su caso delante de otras personas o mostrar prisa excesiva.
Buenas prácticas:
La clave está en tres pilares: prevención, formación y protección legal.
La reclamación es una realidad en la práctica diaria, pero puede prevenirse. La mayoría se pueden evitar reforzando la comunicación, la trazabilidad clínica y la protección legal.
Y ante la duda, contar con un seguro de Responsabilidad Civil Profesional para sanitarios que cubra todo el alcance de tu ejercicio es la mejor red de seguridad.
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