
Reclamaciones en Atención Primaria: causas y prevención
Errores, retrasos y fallos de comunicación en Atención Primaria: descubre cómo prevenir reclamaciones y protegerte con un seguro de RC adecuado.
En la práctica médica, prevenir reclamaciones no significa evitar errores: significa actuar con rigor clínico, documentar correctamente cada paso y gestionar la relación con el paciente de forma clara y cercana. Las reclamaciones sanitarias no siempre surgen de una mala praxis real, sino de complicaciones inevitables, expectativas no gestionadas o simples malentendidos. Por eso, además de contar con un seguro de responsabilidad civil sanitaria que proteja tu actividad, aplicar ciertas buenas prácticas diarias es clave para reforzar la confianza del paciente y reducir al máximo el riesgo de conflictos legales.
En este artículo repasamos las recomendaciones más importantes para proteger tu ejercicio profesional desde la prevención.
Una historia clínica correctamente redactada y actualizada es la principal herramienta jurídica en caso de reclamación. No basta con registrar el diagnóstico y el tratamiento. Es necesario dejar constancia de:
Cada anotación debe ser precisa, objetiva y cronológica. Evita abreviaturas poco claras, tachaduras y omisiones.
Muchas reclamaciones surgen no por la actuación médica en sí, sino por la percepción de desinformación o falta de seguimiento. Por eso, una comunicación clara y constante es clave para prevenir conflictos.
El consentimiento informado no es un mero trámite legal: es una herramienta de seguridad jurídica.
Un consentimiento detallado es muchas veces la diferencia entre una reclamación sin base y un litigio difícil de defender.
Especialmente en medicina estética, cirugía plástica o tratamientos con componente subjetivo, es fundamental evitar expresiones como "garantizado", "resultado asegurado" o "éxito garantizado".
Ofrecer una imagen realista es una protección frente a reclamaciones derivadas de resultados percibidos como insatisfactorios.
Una complicación no equivale a un error médico. Sin embargo, una mala gestión de la misma sí puede desencadenar una reclamación.
La transparencia y la documentación precisa reducen el riesgo de conflicto posterior.
No inicies actividad profesional sin contar con:
En España, la Ley 44/2003 y diversas normativas sectoriales obligan a disponer de esta cobertura para ejercer profesionalmente.
Si detectas un paciente descontento, recibes una queja formal o se inicia una reclamación:
Recuerda que tu póliza de responsabilidad civil incluye defensa jurídica y asesoramiento legal desde la primera notificación.
Reducir el riesgo de reclamaciones no depende solo de una correcta actuación clínica. La forma en que documentas, informas y gestionas las expectativas del paciente es igual de importante.
Además, ninguna medida preventiva elimina el riesgo al 100 %. Por eso, contar con un seguro de responsabilidad civil sanitaria bien estructurado, que te respalde legal y económicamente, es imprescindible para ejercer con seguridad.
En nuestra correduría, especializada en seguros para profesionales sanitarios, te ayudamos a proteger tu práctica con coberturas adaptadas a tu especialidad y forma de trabajar.
Consulta con nosotros sin compromiso y protege tu ejercicio profesional.